Durante el último tiempo mi hija asumió una particular manera de chantajearme. “Si no juegas conmigo, te vas a morir y nunca vas a haber jugado conmigo”, me dice con su convincente y encantador tonito de cinco años. Aunque redundante e imperfecto en la conjugación, el mensaje es muy claro en su significado, incluso manipulador … Sigue leyendo Tiempo para jugar
